HERMANOS: EVITEN LAS BAJAS PASIONES

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Por MARIO PORTILLO


Un consejo le doy a todos los neopanistas, ex priistas, ex perredistas, ex petistas o el «ismo» que quieran agregar al prefijo de su elección: eviten las bajas pasiones.

Las redes sociales se han vuelto una bendición para aquéllos que tienen necesidad de expresarse, pero también una pesadilla para los que no disfrutan la opinión de aquéllos que tienen la necesidad de expresarse, es decir que Facebook le da voz  a los que no tienen voz, pero algunos desearíamos que muchos no tuvieran voz.

Vamos por partes, primero vamos a aquéllo de la pasión, ¿a qué me refiero?, pues es creo que está bien tener convicciones partidistas, el creer en los valores de un ideal político, en el pelear y defender una bandera, pero ¿hasta dónde debemos llegar?

Ahí es donde «tuerce el rabo la puerca» es decir que muchos terminan por cruzar la línea de lo sano y terminan viéndose muy mal, como focas de circo que si les piden que se levanten, no solo lo hacen, sino que dan una pirueta en el aire, dos vueltas de carro y hasta malabares con fuego ¿es espectacular? sí, ¿era necesario?, no.

Lo que quiero decir es que si tienes un trabajo en gobierno, está bien, es chamba, no tiene nada de malo trabajar, hasta es bueno por el país que hagas algo, ¿crees en un proyecto?, también está bien, qué chido es tener convicciones en estas épocas en las que abundan los hombres de poca fe, pero ten cuidado de lo que dices, ten cuidado cómo actúas y sobre todo, los enemigos que te estás cargando por una causa que a lo mejor no es la tuya y que en el peor de los casos no comprendes.

¿A qué viene todo esto?, es sencillo de explicar, muchos que hoy veo enfundados con la camisa de un partido, anteriormente defendían a capa y espada y se desgarraban las vestiduras por otra bandera… aunque nadie se los pedía, pero ellos sobreentendían que debían hacerlo porque para eso se les pagaba.

Hay qué ser mesurados en esto del servicio público, entender hasta dónde debemos llegar por nuestro trabajo (si eso es lo único que queremos) para no quedar como perfectos imbéciles a la hora de que se consuma el tiempo en un cargo, porque las consecuencias suelen ser terribles pasado el tiempo.

En la política hay un viejo adagio que versa «Tienes qué tragar mierda y decir que te gusta», no estoy de acuerdo con él, siento que es un pensamiento muy estúpido y que no concuerda con las nuevas formas de llevar a la praxis esta ciencia, pero hay quienes han acuñado patológicamente la frase y por desgracia son los muchos.

Amigos, amigas, crean, vivan, sientan la política, debatan, critiquen, pero también acepten cuando se han equivocado, porque el juicio de la historia suele ser muy duro… sobre todo ahora que las cosas aunque puedan borrarse de la corta memoria de la gente, permanecen grabadas sobre roca en un celestial lugar llamado Facebook.

¡Esta bomba, ya estalló!

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