Por MARIO PORTILLO

Egidio Torre Cantú pasará a la historia de Tamaulipas como el peor gobernador de la entidad. Por años el estado el estado fue unos de los bastiones del PRI a nivel nacional, parecía que nada, ni nadie los iba a quitar del poder, pero la falta de habilidad política de Torre Cantú llevó al Tricolor a una dolorosa derrota en el pasado proceso electoral.
No se equivoquen, con esto no quiero decir que los anteriores gobernadores fueron brillantes, de hecho no, fueron muy malos, tuvieron una gran cantidad de fallas, pero en el caso de Egidio su falta de liderazgo y él no saber conciliar le costó le costó entregar el estado al PAN.
Y es que la realidad de las cosas es que Egidio Torre no es político, es empresario, tiene un modo muy particular de trabajar el cual no encaja con las complicadas formas que requieren para trabajar por el bien común.
Y eso no lo digo yo, lo dicen quienes lo conocen, en mi andar más de un funcionario Estatal y Federal me lo han confirmado, aquéllos que han convivido con él, aseguran que es un buen tipo, amable, pero también que no tiene hígado, corazón y ya ni siquiera bofe para la política y por desgracia el tener buenas intenciones no te salva del juicio de la gente.
El ser buena onda, no es suficiente para llevar el destino de un estado con mucho potencial como lo es Tamaulipas.
Yo también opino lo mismo, no creo que sea un mal sujeto, pero si es un pésimo político y un pésimo gobernante.
Así es que esto no es personal, lo digo objetivamente, yo creo que en otro plano podría sentarme con Egidio a ver un partido del Correcaminos y disfrutarlo, pero por el lado de su gestión creo que los resultados hablan por sí solos.
Sin apasionamientos, sin cizaña, sin rencor simplemente estamos diciendo adiós al peor gobernador que ha tenido Tamaulipas.
¡Esta bomba ya estalló!









