Mi abuela Conchita vive en la colonia Hidalgo, ella siempre ha tenido dos pasiones en su vida, leer (la cual gracias a Dios heredé) y caminar, a pesar de sus reumas y problemas de rodillas, a la doña siempre le gustó andar de pata de perro.
Por lo menos cuatro veces a la semana cruzaba la Hidalgo y media Matamoros para ir a ver su comadre Lupe, y a pesar de que mi abuela es una persona muy culta y educada, también es muy malhablada, y cada que iba con la comadre Lupe me decía, «Al cabrón que me haga un puente para cruzar las vías del tren lo hago presidente».
Y como no, si cada que se aventuraba a pasar por ahí estaba el méndigo tren atravesado.
El chiste es que después de estar dos años fuera de Nuevo Laredo, porque también herede ese espíritu aventurero de la viejita, regresé y me dice bien emocionada, «Mijo, ya me puedo morir en paz, hasta que a un ingrato se le ocurrió hacer el chingao puente para ir con mi comadre».
Vieran que hasta los ojitos se le iluminaron, la verdad es que me dio mucha risa porque dentro de su alegría se aventaba una que otra mentada por el tiempo en que tardaron en hacer algo tan necesario.
Yo que soy muy desconfiado, agarré mi iPad y me puse a buscar el mentado puente y pues di con él, pero cuál fue mi sorpresa que al buscar en Facebook me topé con publicaciones donde critican muy grueso a este puente, que si el resbaladero más grande, que si está empinado.
La verdad pensé que el alcalde o quien haya hecho esta obra estaba en serios problemas porque supuse que las críticas venían de un experimentado arquitecto, ingeniero civil o del mismísimo Bob el Constructor, yo dije, algún multigalardonado arquitecto ya hizo un estudio y le encontró fallas, pero como yo no tengo tiempo para andar viendo esas cosas, le pedí a Christian, mi Community Manager (que por cierto acaba de regresar de Argentina de una capacitación que le pagué), que por favor me investigara quiénes hacían esa crítica.
Con tristeza les digo que Christian está en terapia psicológica porque en esos perfiles no había más que odio, pura cosas negativas, pura quejadera sin ton ni son, pobre muchacho, quedó tan contaminado que lo tuve que mandar con un amigo mío que es de los mejores psicoterapeutas de Monterrey.
Y total, resulta que los críticos ni son expertos ni mucho menos, son simples mortales que odian a la vida y que sacan su frustración criticando hasta lo que come el Papa Francisco, pobres hombres, ¿quién les hizo tanto daño en su vida?, lo peor es que unos supuestamente son periodistas, pero creo que ni estudios han de tener o de plano se graduaron de la Valle.
Hay cosas queridos amigos que simplemente son necesarias y alguien las tiene que hacer, así el mugre puente lo haya hecho Porfirio Díaz o el Führer, era algo muy necesario y que mi abuela Conchita quería, no hay porque criticarlo y menos sin fundamentos, osea yo si podría porque yo soy una persona culta con amplios conocimientos, pero esos haters ¿Quiénes son?










