LO BUENO CASI NO SE CUENTA…

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El spot del cuarto informe de gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto me recuerda a una frase muy recurrente para los funcionarios públicos.
Es muy común que cuando señalas o criticas alguna mala acción por parte de una dependencia, municipal, estatal o federal, la persona al frente siempre menciona «Siempre publicas todo lo malo, por qué no publicas lo bueno», me he topado con muchos desmemoriados que solo quieren ser alabados y jamás aceptan la crítica o les puede mucho lo que les digas.
Lo cierto es que los ciudadanos, no debemos alabar o aplaudir que los funcionarios públicos tienen la obligación de hacer, hemos caído en un peligroso juego de mediocridad en el que se le celebra al que solo cumple con su deber, porque estamos acostumbrados a la mala calidad en los gobiernos.
Claro que debemos aplaudir y reconocer, pero cuando se aplican políticas públicas que en realidad tengan un verdadero impacto en la mejoría del país y en la forma de vivir de la gente.
En este caso la administración de EPN, recurre a esta frase de «Lo bueno no se cuenta, pero cuenta mucho» es como  ir a un McDonalds y pedir un Cuarto de Libra y aplaudirle al cajero, tomarme foto con él, y darle el reconocimiento de empleado del mes porque sí me dio un Cuarto de Libra y no un Big Mac.
Prácticamente lo que quiere el gobierno federal es que se le alabe y se le agradezca por «no cagarla», ya dicho de una manera más simple y burda.
El año pasado tuvimos el «Ya chole», el cual tuvo un rechazo inmediato por parte de la sociedad, ahora, este «lo bueno casi no se cuenta» es… magnífico, maravilloso, sublime y refleja la desesperación de un presidente por recobrar credibilidad.
No me alegra para nada la situación que se vive en cuanto a la percepción de nuestro primer mandatario, porque a fin de cuentas eso habla mucho de quienes somos los mexicanos, es la primera figura del país y por lo tanto quien nos representa ante el mundo.
Pero por desgracia es así y debemos lidiar con eso, no tenemos otro presidente y ni soñemos con que seguiremos el ejemplo de Brasil, porque ahí creo que hay gato encerrado.
Así que, queridos amigos, después de 4 años nos damos cuenta que nos la volvieron a aplicar, ni modo, a apechugar, a aguantar y a castigar con los elementos que tenemos, pero también, a reclamar de frente a quienes nos representan por tener el país que elegimos.
¡Esta bomba, ya estalló!

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